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Alfonso I el Batallador y la Orden del Temple Breves pinceladas del Origen del Reino de Aragón
Aquitania, Gascuña, Languedoc, Provenza, Poitou, Normandía y Borgoña (30 años antes de la primera cruzada a Tierra Santa), para luchar contra los infieles. Sancho Ramírez, en el año 1076, se tituló: “Rey por la gracia de Dios, de aragoneses y pamploneses”. En el año 1081 comenzaron los primeros ataques esporádicos del monarca contra la ciudad de Zaragoza, que se repetirían varias veces hasta el final de su reinado. Desgraciadamente de estos acontecimientos, solo nos ha quedado una noticia muy escueta: “Sancho Ramírez tuvo guerra contra los musulmanes junto a Zaragoza en el 1081”. El monarca, y planteado como asunto personal, se enfrentó también contra el Cid Campeador, el cual había peleado contra su padre, Ramiro I. Este es el relato de la Crónica de San Juan de la Peña: “El XIX de las Kalendas de septiembre, tuvo combate en Morella, y recordando que el Cid, Ruiz Diaz, había participado en la muerte de su padre D. Ramiro, en Graus, se enfrentó a él y fue vencido el Cid” En el mes de julio de 1089, Sancho Ramírez y su hijo Pedro I, montaron un campamento en la Huerta de Santa Engracia, lugar donde residían habitualmente controlando la ciudad de Zaragoza. En la última década del siglo XI la estrategia guerrera frente a las murallas iba a sufrir una transformación. Ya no se realizan ataques sin ninguna posibilidad de éxito, sino que se edifican fortalezas paralelas, que sirven para asolar las tierras y cosechas, minando de esta forma la moral de los sitiados, obligándoles a pactar una rendición sin batalla. El final de Sancho Ramírez se produjo teniendo sitiada la ciudad de Huesca, el 4 de junio de 1094. Montado a caballo, mientras levantaba el brazo señalando a los
suyos un punto de la muralla por dónde sería factible el asalto fue alcanzado en un costado por un ballestero moro con una increíble puntería, o tal vez fue suerte, cuya herida le provocó una fuerte hemorragia en el pulmón. Sancho Ramírez se casó en primeras nupcias, posiblemente en 1062 ó 1063, con Isabel de Urgel de la que nacería el futuro rey Pedro I. Y en segundas nupcias hacia 1071 con Felicia de Roucy, hija del conde Hilduino III de Roucy. De esta unión nacieron: Fernando Sánchez de Aragón (1071–1086), que falleció antes que su padre; Alfonso I Sánchez «el Batallador» (1073–1134), rey de Pamplona y Aragón (1104–1134); Ramiro II Sánchez «el Monje» (1086–1157), rey de Aragón de 1134 a 1157. Pedro I (1094-1104) logró finalizar la toma de Huesca que había comenzado su padre, en la famosa batalla de Alcoraz (1096), dónde según la leyenda, fue ayudado por un caballero vestido de blanco, que la tradición atribuye a la figura de San Jorge. Se conserva un documento de julio de 1100, en el cual Pedro I de Aragón se titula “Rey de Aragón, Pamplona, Sobrarbe, Ribagorza, Culla, Oropesa y Castellón”. Tres años antes de morir, estableció una posición fortificada frente a Zaragoza y el grito de guerra de los cristianos “Deus o Vol” (Dios lo quiere) dio nombre a la misma: Juslibol. Consolidó la supremacía militar de las tropas cristianas sobre las musulmanas, muriendo, según Iglesias Costa, entre el 27 y el 30 de septiembre de 1104, en el Valle de Arán, como producto de una emboscada, si bien Ubieto Arteta no precisa el día y sitúa su muerte en el mes de septiembre de ese año. La muerte prematura del rey lanzó al infante don Alfonso al gobierno del reino, al que ni aspiraba ni se sentía preparado, aunque eso sí, la “Crónica de San Juan de la Peña” nos rebelará de
Alfonso I el Batallador y la Orden del Temple Breves pinceladas del Origen del Reino de Aragón
Zaragoza en el 1081”. El monarca, y planteado como asunto personal, se enfrentó también contra el Cid Campeador, el cual había peleado contra su padre, Ramiro I. Este es el relato de la Crónica de San Juan de la Peña: “El XIX de las Kalendas de septiembre, tuvo combate en Morella, y recordando que el Cid, Ruiz Diaz, había participado en la muerte de su padre D. Ramiro, en Graus, se enfrentó a él y fue vencido el Cid” En el mes de julio de 1089, Sancho Ramírez y su hijo Pedro I, montaron un campamento en la Huerta de Santa Engracia, lugar donde residían habitualmente controlando la ciudad de Zaragoza. En la última década del siglo XI la estrategia guerrera frente a las murallas iba a sufrir una transformación. Ya no se realizan ataques sin ninguna posibilidad de éxito, sino que se edifican fortalezas paralelas, que sirven para asolar las tierras y cosechas, minando de esta forma la moral de los sitiados, obligándoles a pactar una rendición sin batalla. El final de Sancho Ramírez se produjo teniendo sitiada la ciudad de Huesca, el 4 de junio de 1094. Montado a caballo, mientras levantaba el brazo señalando a los suyos un punto de la muralla por dónde sería factible el asalto fue alcanzado en un costado por un ballestero moro con una increíble puntería, o tal vez fue suerte, cuya herida le provocó una fuerte hemorragia en el pulmón. Sancho Ramírez se casó en primeras nupcias, posiblemente en 1062 ó 1063, con Isabel de Urgel de la que nacería el futuro rey Pedro I. Y en segundas nupcias hacia 1071 con Felicia de Roucy, hija del conde Hilduino III de Roucy. De esta unión nacieron: Fernando Sánchez de Aragón (1071–1086), que falleció antes que su padre; Alfonso I Sánchez «el Batallador» (1073–1134), rey de Pamplona y Aragón (1104–1134); Ramiro II Sánchez «el Monje» (1086–1157), rey de Aragón de 1134 a 1157. Pedro I (1094-1104) logró finalizar la toma de Huesca que había comenzado su padre, en la famosa batalla de Alcoraz (1096), dónde según la leyenda, fue ayudado por un caballero vestido de blanco, que la tradición atribuye a la figura de San Jorge. Se conserva un documento de julio de 1100, en el cual Pedro I de Aragón se titula “Rey de Aragón, Pamplona, Sobrarbe, Ribagorza, Culla, Oropesa y Castellón”. Tres años antes de morir, estableció una posición fortificada frente a Zaragoza y el grito de guerra de los cristianos “Deus o Vol” (Dios lo quiere) dio nombre a la misma: Juslibol. Consolidó la supremacía militar de las tropas cristianas sobre las musulmanas, muriendo, según Iglesias Costa, entre el 27 y el 30 de septiembre de 1104, en el Valle de Arán, como producto de una emboscada, si bien Ubieto Arteta no precisa el día y sitúa su muerte en el mes de septiembre de ese año. La muerte prematura del rey lanzó al infante don Alfonso al gobierno del reino, al que ni aspiraba ni se sentía preparado, aunque eso sí, la “Crónica de San Juan de la Peña” nos rebelará de él: “varón dotado de gran valor y animosidad”. Y Alfonso se convirtió en rey entre 1104 y 1134. Treinta años de reinado, la mitad de su vida peleando, de ahí que se ganase el apodo de “El Batallador”. Cuando se casó con Urraca, reina de Castilla, se hizo llamar “Emperador de León y
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