El valor del tiempo
COP La Rioja.
Publicado el 18 de abril del 2020.
Sección PSICOHISTORIAS.
El 23 de diciembre del mismo año, “La Junta del
Gobierno del Colegio Oficial de Psicología de la Rioja”
me solicita autorización para volver a publicar la carta.
“Dale Tiempo al Tiempo”.
Gina Stephania Cerqueda Ortiz
¿Pero qué es el tiempo, para que le tengamos que dar más tiempo?
Según la R.A.E. hay muchas definiciones, pero vamos a quedarnos con
la primera: “Duración de las cosas sujetas a mudanza”.
Esta frase, “dale tiempo al tiempo”, es la típica respuesta que uno desea
escuchar de consuelo, de amparo, esperando que se solucione algún
problema en un futuro, a ser posible, no muy lejano. Pero también puede
darse la parte inversa, que, por dar tiempo al tiempo, se deje pasar el
último tren de la felicidad.
En la actualidad es muy difícil disponer de tiempo, y más para las
personas que viven en las grandes ciudades.
Tenemos tantos gastos que atender en el día a día que uno se vuelve,
consciente o inconscientemente, esclavo del trabajo y apenas si tiene
tiempo para dedicarlo a familia y amigos. El trabajo es pues, el máximo
acaparador de nuestro tiempo.
Y hay que tener en cuenta que lo que dejes de hacer hoy, el mañana no
te lo devolverá. El tiempo nada ni nadie nos lo devuelve. El tiempo no
sana o hiere, no mata o da vida, no alegra o da tristeza... porque no es él
quien realmente actúa, somos nosotros, los seres humanos, los que
vivimos el tiempo.
Henry Ford dijo: “Cuando pensamos que el día de mañana nunca llegará,
ya se ha convertido en el ayer”.
Esta Pandemia brutal e inesperada, este confinamiento que me está
dando todo el tiempo del mundo, me ha enseñado a valorarlo de verdad,
porque no es igual el tiempo del Personal Sanitario, Fuerzas de
Seguridad del Estado, Supermercados, Farmacias..., que literalmente se
están jugando la vida por nosotros, que el de la mayoría de la gente, que
nos quedamos en casa tratando de pasar, ese mismo tiempo, de la mejor
forma posible.
No. No es el mismo tiempo, y lo más frustrante para mí, es que siempre
voy a estar en deuda con ellos, porque son personas anónimas, que no
conozco ni conoceré, y que jamás voy a poder pagar su trabajo y sus
desvelos.
Es por ello, que desde esta humildes letras, os doy las Gracias con
mayúsculas, a todos vosotros por hacer mi tiempo... nuestro tiempo,
mucho más confortable.