Breve Historia del Belén
El Belén representa por lo general a la sagrada familia en un pesebre, establo, granero, cueva…donde, según Lucas, nació
el niño Jesús. La tradición los acompaña de una mula y un buey, según el relato de los Evangelios apócrifos y del texto del libro
del profeta Isaías y del Habacuc. También se suelen incluir a un grupo de pastores adorando al recién nacido, los tres Reyes
Magos con sus ofrendas, un ángel y la estrella de Belén.
Según tradición, la primera celebración navideña en la que se montó un belén para la conmemoración del nacimiento de
Jesucristo fue en la Nochebuena de 1223, realizado por san Francisco de Asís, en una cueva próxima a la ermita de Greccio
(Italia).
A partir del siglo XIV, fundamentalmente a través de los frailes franciscanos, cuya regla consistente en estricta pobreza,
humildad, y cercanía al pueblo, frente a las órdenes más ricas y cercanas al poder político, se avenía muy bien con el humilde
nacimiento del Mesías, aprovecharon para usar su representación como elemento de predicación. Es por ello por lo que se
considera el pesebre como un invento franciscano. El montaje de los belenes por Navidad se consolidó como tradición en la
península itálica y fue pasando al resto de Europa, al principio como práctica eclesiástica, posteriormente aristocrática, y
finalmente popular.
En España, cuando a mediados del siglo XVIII, el rey de Carlos VII de Nápoles pasó a ser rey de España, promovió (junto a
su esposa, María Amalia de Sajonia) la difusión de los nacimientos entre la aristocracia española, llegando posteriormente a la
práctica popular en toda España, y después en América, en su difusión de evangelización.
El primer Belén en una casa particular se dice que fue en San Cristóbal de La Laguna, Tenerife, en el siglo XVII,
concretamente en casa de la familia Lercaro. Hoy este lugar es el Museo de Historia tinerfeño y en él, se conserva un belén
procedente de Génova. Asimismo, se le atribuye al santo tinerfeño Pedro de San José Betancur, franciscano y fundador de la
Orden Betlemita en el siglo XVII, el mérito de ser uno de los principales precursores del belenismo en las tierras americanas
descubiertas por los españoles. Precisamente, este es uno de los motivos por lo que este santo es frecuentemente llamado el
«san Francisco de Asís de las Américas»